CREADO CON EL OBJETIVO DE MOSTRAR VARIANTES DE PROYECCIONES Y POSICIONES RADIOLÓGICAS



Los exámenes radiológicos dan importante información sobre la salud y tienen un papel importante al ayudar al médico a llegar a un diagnóstico preciso. A veces los rayos X se usan para ayudar a colocar dispositivos en el cuerpo, o junto con otros procedimientos terapéuticos.



EMPLEO DE LA REJILLA

Desde los inicios de la radiología, se encontraron dificultades para el registro fotográfico de las imágenes de rayos X. El paso de los rayos a través del cuerpo producía un “velo” sobre las películas fotográficas, debido a que el choque de los rayos X con las estructuras corporales llevaba a la emisión de nuevos rayos, llamados secundarios. Una de las maneras más ingeniosas de resolver el problema de la radiación secundaria fue la interposición de unas rejillas metálicas entre el paciente y la película radiográfica, invento presentado en 1913 por el Dr. Gustav Bucky, en Berlín. El Dr. logró así mejorar considerablemente la calidad de las imágenes de radiografía convencional, aunque su método producía marcas cuadriculadas muy visibles sobre las imágenes diagnósticas obtenidas con la técnica convencional. El inventor estadounidenese Hollis Potter fue quien hizo la más importante modificación a la rejilla de Bucky, la cual sigue en uso hasta nuestros días: diseñó un mecanismo que le imprimía movimiento a la rejilla, para hacerla desaparecer de la radiografía, manteniendo la mejora en la calidad fotográfica de las radiografías. El aporte de Potter fue tanto o más significativo que el de Bucky, hasta el punto de que al mecanismo se le llama “rejilla de Potter-Bucky”.
   El Potter-Bucky u otros antidifusores deben utilizarse en todas aquellas regiones de gran espesor y densidad  (cráneo, tórax, columna vertebral, pelvis, abdomen, etc.) que determinan la producción de gran cantidad de radiaciones secundarias dañando la calidad radiográfica.

   Se debe tener en cuenta que estos antidifusores mejoran el contraste pero a su vez determinan una disminución de la densidad de la película, por lo que su utilización requiere aumentar el tiempo de exposición o bien el kilovoltaje.

Las radiografías del húmero y del hombro se pueden tomar con o sin rejilla. El tamaño del paciente y las preferencias del técnico radiólogo y del médico son factores a considerar para tomar esa desición. La mayoria de los centros sanitarios establecen una política distinta para las técnicas a utilizar pero la posición del cuerpo a explorar sigue siendo la misma.

Radiografía de húmero proyección AP con Potter-Bucky (fotografia de la izquierda).
Radiografía de húmero proyección AP sin Potter-Bucky (fotografia de la derecha). Se debe disminuir entre 8 a 10 Kv de lo empleado en la exposición con rejilla Potter-Bucky.

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